Usando sus mochilas como almohadas, con chompas y algo de comida. Así pasaron la noche Alejandra, Milena, Nicole, Britany, Nayeli y otros cientos de jóvenes mujeres afuera de la Base Naval Norte, ubicada en la avenida Pedro Menéndez Gilbert.
A ese recinto llegaron familias completas desde la medianoche y permanecieron hasta el mediodía de este sábado 7. Allí solo estuvieron las chicas, los hombres se acuartelaron en el Fuerte Militar Huancavilca.
Ellas buscaban asegurarse uno de los primeros puestos en la fila y pasar los chequeos médicos, pues querían ser parte de las 200 seleccionadas para cumplir el servicio militar voluntario.
Algunas son de la periferia de Guayaquil, pero hay otras aspirantes que llegaron desde Esmeraldas, Manabí, Azuay, El Oro, Los Ríos y Santa Elena.
La mayoría son de la leva 2005 y tienen 18 años, pero hay también algunas jóvenes que llegan a los 22 años, la edad límite.
Alejandra, de 21 años, quien vive en Balerio Estacio (distrito Nueva Prosperina) contó que se enlistó para estar en un lugar seguro porque en su sector la criminalidad tienen asustados a todos.
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“Voy a estar más segura haciendo el servicio militar que en mi barrio, donde hay secuestros y balaceras todos los días”, confesó la joven.
Ella espera poder cumplir con el año de acuartelamiento y permanecer en las Fuerzas Armadas.
Además, contó que había hecho un curso de enfermería y que repartió algunas hojas de vida en centros médicos, pero que le pedían al menos cuatro años de experiencia.
Junto a ella estaba Nayeli, de 18 años, quien vive en Flor de Bastión. Ella mencionó que su hermano mayor pasó el acuartelameniento y que le dijo que era una buena experiencia.
Nayeli permaneció con su hermano afuera de la Base Naval Norte hasta que ingresó para hacerse los chequeos médicos porque sus padres estaban trabajando.
“Yo intenté entrar a las Fuerzas Armadas en febrero cuando abrieron la convocatoria para aspirantes a oficiales y tropa, pero por la estatura no pasé. Mido 1.58 cm y lo mínimo es 1.60cm”, dijo la joven que también admitió que vive en una zona donde las bandas todas las semanas matan.
Britany, de 21 años, es otra de las aspirantes que estaba en la fila. Ella es madre de una niña de 4 años y vive en el sector de la isla Trinitaria, en el sur de Guayaquil.
Aunque al principio no quería contar su historia, luego se animó al pensar que la gente que vive en su barrio no suele leer las noticias.
También habló de lo peligroso del sector y de buscar mejores condiciones para poder criar a su hija, que se quedará al cuidado de sus padres.
Mencionó que al haberse embarazado joven no pudo aprovechar para estudiar y quiere cambiar su futuro.
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Otra madre que estaba entre las aspirantes es Angie, quien tiene 22 años y es la madre de Doménica, una pequeña de solo tres años.
Angie llegó la noche del viernes desde el recinto Chanchán, de Marcelino Maridueña, cantón de Guayas. Explicó también que su hija quedará al cuidado de los abuelos mientras ella está en el cuartel un año y que espera poder tener una carrera en las Fuerzas Armadas.
Un total 10.750 jóvenes se inscribieron al segundo llamado del acuartelamiento militar previsto para este sábado 7 de septiembre, sin embargo, la Dirección de Movilización del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (Dirmov) habilitó 5 000 cupos: 4 800 vacantes son para hombres y 200 para mujeres, a escala nacional.
La Dirección confirmó que hasta el viernes 6 de septiembre se inscribieron 10.000 hombres y 750 mujeres para el servicio militar voluntario.
Las inscripciones se abrieron el 2 de agosto en línea. (I)