El huevo es parte de la dieta diaria de los ecuatorianos. De hecho, según datos del Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, en el país se produjeron 3.648 millones de huevos en 2023 y el consumo por persona es de 217 unidades al año.
La producción de esta proteína también está en riesgo con la sequía que se advierte se extenderá hasta noviembre en Ecuador y los estudios a nivel mundial en materia de clima no son halagüeños.
Este 19 de septiembre, la Unión de Productores de Huevos pidió al presidente Daniel Noboa y al ministro de Agricultura, Danilo Palacios, medidas urgentes para evitar un posible desabastecimiento de huevos ante el déficit de producción de maíz por el cambio climático, sequía, cambios de cultivos con semillas no aptas, entre otros factores.
El maíz es el alimento de las gallinas ponedoras y escasea hace meses, señala el gremio, que pide abrir las importaciones.
La sola posibilidad de desabastecimiento de huevos es un problema más que las autoridades deben atender, pero también es una nueva alerta de los efectos de la sequía de la que hablamos a día seguido en esta columna.
Un estudio internacional prevé que de aquí a 2080-2100 la sequía media anual más larga será diez días más extensa en el mundo. Mientras, un informe del Banco Mundial –presentado en Quito este jueves– anota que el producto interno bruto (PIB) per cápita de Ecuador podría verse reducido hasta en cuatro puntos porcentuales para el 2050 si no se toman acciones contra las consecuencias de la crisis climática y las amenazas naturales, en el orden de unos $ 3.700 millones al año.
Las señales son claras y para no sumar consecuencias como las que se sufren por el estiaje, los gobiernos deben armar mesas técnicas que actúen, que usen estudios y recomendaciones de la academia y organismos internacionales, para tomar decisiones preventivas y no seguir siendo reaccionarios ante la escasez o catástrofes como consecuencia del cambio climático. (O)