León Roldós: Secuelas no consideradas | Columnistas | Opinión

Cuando para atender un problema tomamos un medicamento, este puede generar secuelas o agudizar otros problemas. Por ejemplo, los desinflamantes y la cortisona a veces son indispensables, pero pueden tener consecuencias de afectación renal y otras.

Igual pasa con el conjunto de la sociedad y de la economía. Unos desequilibrios se agravan cuando las soluciones solo consideran a algunos, ignorando, generando o agudizando otros, que a su vez se trasladan a otros sectores.

Con motivo del déficit de energía, porque en gobiernos anteriores, en las decisiones de inversión, más que en la calidad y eficiencia de las obras se pensó en contratos de elevadas cuantías, quizás con sobreprecios, se dijo vamos a ser exportadores de energía, faltando luego la previsión del mantenimiento oportuno y la provisión de piezas y repuestos, para cuando fueron necesarios, lo que ha llevado a dramáticos niveles de subutilización de obras y centrales, algunas abandonadas, agravado el cuadro por los estiajes, en los ríos que deben ser fuentes para la energía hidroeléctrica, se avisan cortes de servicio, con horarios que no se cumplen; y, para compensar, se anuncian reembolsos y subsidios temporales sobre costos por facturarse, en consumo de hogares, y al sector empresarial se le ofrece reembolso del costo del diésel que usen para plantas propias y por lo que entreguen al sistema interconectado, compensaciones que, de efectivizarse, superando condiciones y trámites burocráticos que van a darse, estarían bien; pero para las familias a las que se les dañaron los electrodomésticos y a los que se les descompusieron los alimentos del hogar o los que guardaban crudos o preparados para vender y subsistir no hay compensación oportuna, a más que sin recursos no tienen para cubrir otras necesidades del hogar. El riesgo de caer bajo chulqueros es muy grave.

En cuanto a los incendios forestales, los que perdieron cultivos y/o animales o viviendas están en similares condiciones.

Los pueblos, en sus circunstancias, son movilizados por propuestas radicales, el antisemitismo y anticomunismo del nazismo, con Hitler, y del nacionalismo y anticomunismo del fascismo, con Mussolini; por el comunismo, antiburguesía y antipropiedad privada, con Lenin –creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas– y Mao Tse Tung –creación de la República Popular China–; o por el discurso de líderes –caso Velasco Ibarra, cinco veces presidente del Ecuador– o por acciones radicales, Fidel Castro y la Revolución Cubana. Todos estos procesos llegaron al poder, los no derrotados, evolucionaron, y luego involucionaron, pasando por matices y purgas.

En el caso del Ecuador, el gobernante y los que aspiran a serlo deben tener claro que los riesgos de crisis están exacerbados, sobre todo, por la mentira y el tonteo, que se unen a la generalización de incumplimientos en todo y por el tufo de que todo está amañado. El no pago del sector público que arrastra a los sectores privados a lo mismo, inconducta que viene desde el correato, y a la no credibilidad en concursos, para la Corte Nacional de Justicia y otros, son evidencias de lo dicho. (O)

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