Mauricio Gándara Gallegos: Siete años de abandono eléctrico | Columnistas | Opinión

Pocas veces he escuchado algo tan claro y preciso sobre la causa de la hecatombe del sector eléctrico, como en las palabras del nuevo viceministro de Electricidad y Energía Renovable, Fabián Calero, con las que informó que “en los últimos cinco a siete años” no se realizaron las obras señaladas en el Plan Maestro de Electrificación, lo que ha generado que en la actualidad haya un déficit de 1.298 megavatios. En los largos años que me ha tocado vivir, jamás le he visto al pueblo ecuatoriano, a su gente, tan empobrecida y agobiada y, sobre todo, sin una esperanza fundada de recuperación.

Emergencia eléctrica y coherencia política

Hemos buscado responsables de esta desgracia y, como siempre, los gobernantes y su círculo, le han echado la culpa al pasado, a esa cosa vaga de “los anteriores gobiernos”. Pero, ahora, la acusación es precisa: a gobernantes y ministros que tenían obligaciones de actuar, de realizar las obras y efectuar los mantenimientos contemplados en el Plan Maestro de Electrificación; gobernantes y ministros que han tenido a su cargo el manejo del sector eléctrico en los últimos siete años. Y las acciones que debieron ejecutarse obligatoriamente, están señaladas, imperativamente, en un documento público y, como no se cumplieron, se constituyó el delito de omisión de obligaciones expresas. Desde que existe un Plan Maestro, las obligaciones son de hacer. Algo le he escuchado decir al contralor sobre responsabilidades penales en los dos gobiernos anteriores, en grabación que conservo. El establecer responsabilidades administrativas, y eventuales penales, son su función; las penales, debe trasladarlas a la Fiscalía General. Nada debe quedar en la impunidad.

Desconexión eléctrica y humana

El daño ocasionado al país es inconmensurable, y lo más difícil de medir es el producido a las economías particulares; tantos negocios quebrados, sobre todo los pequeños, tantos puestos de trabajo perdidos. Me decía el dueño de un taller de tamaño mediano, muy eficiente: “Si los apagones hubieran empezado hace cuatro o cinco meses, pudieron ser de solamente un par de horas diarias y podíamos organizarnos mejor”.

Crisis: ¿cómo gestionarlas?

Como he señalado antes, debió y debe designarse a los profesionales más competentes del ramo eléctrico; con excepción del nuevo viceministro, y tal vez de alguien más, no ha sido así. El último ministro era un ciudadano conocedor de la banca pública, a su salida, está encargada la ministra del Ambiente, quien, por su especialidad, debe ser opuesta a los combustibles fósiles, que es, justamente, de los que necesitamos; la falla está en que no hemos adquirido generadores térmicos, como lo han hecho los países vecinos Colombia y Perú; por cierto, no hemos mantenido los existentes. El nuevo viceministro, hombre de conocimiento y experiencia, habla de ciertas soluciones rápidas entre las que no se cuenta la adquisición o arriendo de barcazas, lo que negó enfáticamente. La ministra encargada, a regañadientes, ha aceptado que, al momento, el país está funcionando con la energía de pasada de Coca Codo Sinclair, lo que permite la reposición de los embalses del Paute.

Todo es prioritario, pero lo más importante es la economía familiar. (O)

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