Es importante que se reconozca siempre a los mejores deportistas, que se han preparado con responsabilidad para representar de la mejor manera al país. El ejemplo está dado por los recientes medallistas de los Juegos Olímpicos en París, lo cual es bien merecido. Quiero destacar un caso muy especial, el de Sara María Palacios, llamada “Sara del Mar”, quiteña y primera ecuatoriana en cruzar el canal del Norte, como parte del Proyecto de los Siete Mares. Esta destacada nadadora tenía en mente, desde el 2008, nadar por los siete canales que están en algunos continentes. El 31 de julio del presente año demostró que las mujeres pueden y se lanzó al mar: nadó 14 horas con 51 minutos de brazadas, sin parar, desafiando la distancia, 44 km, contra la corriente y las bajas temperaturas, entre 12 y 13 grados, siendo el más frío de los siete mares. Este es el tercero que cruzó. En el 2018 cruzó el canal de la Mancha, que separa Francia de Inglaterra, y en el 2019 cruzó el canal de Catalina, en Estados Unidos.
‘En la piscina tú compites con el de al lado, en el mar solo contigo mismo’: la travesía de Sara Palacios, la primera ecuatoriana en cruzar nadando desde Irlanda hasta Escocia
Hay que tener mucha fortaleza mental para afrontarlo. Estas cualidades las adquirió cuando tenía 6 años y a los 18 años ya practicaba entrenamientos de alta competencia. Desde 1992, en su adolescencia participó en varios torneos, en piscina, luego en aguas abiertas, pero cuando empezó este proyecto, en el 2017, no tenía entrenador, por lo cual hizo cursos con la ayuda de su familia y empresa privada, porque este tipo de entrenamiento es costoso, por los pasajes, alimentación, hospedaje. Solo el bote que la escolta en una competición cuesta alrededor de $ 5.000. Como siempre, el Estado no coopera en estos deportes especiales.
Uno de los deseos de esta deportista de 38 años, con dos hijos, es compaginar sus horarios con los entrenamientos. La decisión no la ha perdido, la de practicar cada año, especialmente hacia el 2025, cuando una meta será nadar en el estrecho de Gibraltar y el de Cook, en Nueva Zelanda. Estas decisiones tomadas por Sara Palacios son aplaudidas, pero de los aplausos no se vive. El Estado y los organismos pertinentes deben hacer el reconocimiento y ayudar a esta desafiante y valiente deportista. (O)
Robespierre Rivas Ronquillo, periodista, Guayaquil
