El pasado junio, Vladimir Putin y Kim Jong-un paseaban sonrientes por Corea del Norte en una lujosa limosina Aurus, un costoso regalo de Putin a Kim. En reciprocidad, Kim le obsequió una pareja de poongsan, una raza canina norcoreana venerada desde los tiempos de su abuelo, Kim Il-sung. Este intercambio sellaba la “Alianza Estratégica Integral” entre dos regímenes totalitarios que cuentan con armas nucleares y tienen una enconada rivalidad con Occidente. La noticia generó preocupación en el mundo.