Judith Pinos Montenegro: Los costos de la pobreza | Columnistas | Opinión

En el año 2017 se publicó el libro Pobre cerebro, es un texto que lo recomiendo; principalmente, para quienes quieren dirigir el país. En los cinco capítulos Sebastián Lipina fundamenta el impacto de la pobreza en el desarrollo cognitivo de la población. Sí, son las personas el elemento más importante en la gestión de un Estado, merecen más atención.

De ahí la importancia de que los Estados asignen recursos para combatir la pobreza, pues sigue siendo un tema pendiente, porque aunque no siempre vivimos en crisis, ninguno de los gobiernos anteriores logró disminuir las tasas de desnutrición y malnutrición en la población.

En el libro Pobre cerebro Lipina cuestiona las formas de medición de la pobreza; pues, aunque todos queremos saber el número de familias afectadas por la carencia, tener recursos económicos no es sinónimo de bienestar. Porque además de la desnutrición existen casos de malnutrición y sobrealimentación, es decir, el problema no solo es tener el dinero para garantizar un plato de comida, es necesario educar a la población sobre el uso de los recursos.

Si bien es obvio que la vida de un ser humano es valiosa en todas sus etapas, en los extremos de la vida en la primera infancia y la adultez mayor las necesidades de nutrición son indispensables. Si los Estados dedican suficientes recursos para educar a la población en temas de salud física y mental, contarán con el ingrediente más importante para su desarrollo.

La salud es una variable compleja, es decir, tiene múltiples factores. Y la salud mental se deriva en gran parte de las condiciones materiales que rodean a un ser humano. En entornos de carencia material y afectiva es más difícil contar con personas que respondan adecuadamente a las demandas laborales.

Por lo que, incidir en mejorar las condiciones de vida de la población, es un buen negocio para toda la sociedad. Ganan las familias, ganan las empresas, ganan los Estados. Al contar con una población educada para emplear adecuadamente los recursos por más pocos que sean, las familias tendrán más bienestar y como consecuencia se implantará un círculo social virtuoso.

El trabajo para disminuir la pobreza requiere un enfoque multidisciplinario e interdisciplinario. Para no duplicar esfuerzos, para coordinar procesos y combinar efectivamente acciones a favor de la población.

Hace unos días se publicaron las cifras de personas asesinadas en Ecuador en este 2024. Esos datos no solo son indicadores de violencia; son indicadores de la pobreza cognitiva que invade a grupos sociales que no encuentran manera de entrar en diálogo con otros y cuya capacidad de razonamiento ha disminuido o desaparecido; por ello han eliminado el diálogo y lo reemplazaron por la reactividad, la intolerancia, el secuestro y el asesinato.

Entre los planes de apaciguar el país debe estar en primera línea el diseño y puesta en marcha de una campaña de alfabetización en salud física y mental, que dote a la población de las herramientas para enfrentar cualquier escenario que le toque vivir. (O)

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