Avanza diciembre y en las calles se multiplican las personas que piden dinero o en el mejor de los casos ‘venden’ caramelos. La mendicidad se muestra, históricamente, con más fuerza este mes.
En el mundo 733 millones de personas sufren hambre, y en América Latina y el Caribe son 41 millones, según el informe Estado de la Seguridad Alimentaria y Nutrición en el Mundo 2024 (FAO, FIDA, OMS, PMA, Unicef). La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó el 26 de noviembre pasado un informe en que asegura que “los programas de alimentación escolar representan una acción clave para garantizar la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y apoyar el derecho humano a una alimentación adecuada”.
El creciente número de personas de calle debe preocupar al Gobierno en tres sentidos: por un lado que es reflejo de la difícil situación económica, de migración interna y además la posibilidad de que se repita –como en otros años– el uso de menores y adultos mayores como mercancía o alquiler para mendicidad.
En todos los casos las autoridades tienen que estar alerta para proteger a los vulnerables, sancionar cualquier abuso y sobre todo impulsar las posibilidades de empleo digno para todos los ecuatorianos.
Respecto a la alimentación escolar, que impulsa como solución al hambre la FAO, el Ministerio de Educación junto con el Programa Mundial de Alimentos presentaron un modelo en beneficio de 20.000 niñas y niños. Un comunicado del mes pasado señala que en su fase inicial se implementará en 14 unidades educativas de Guayas, Manabí, Bolívar, Pichincha, Santa Elena y Chimborazo con una inversión de más de $ 2,5 millones. En el plan, padres de familia colaborarán con la preparación de comidas y productores locales serán los principales proveedores para promover también la economía territorial.
Son positivos los pasos contra el hambre y la malnutrición y es necesario reforzar los planes y control de abuso ante las necesidades en el Ecuador. (O)