El Adviento es un tiempo de preparación y reflexión para los cristianos, que comienza con el primer domingo de Adviento y culmina con la Navidad. A lo largo de este periodo, se encienden velas en una corona especial, con un simbolismo particular para cada domingo. Cada una de ellas tiene un significado específico, y su color y encendido gradual ayudan a guiar a los fieles a través de las semanas de espera.
En el tercer domingo de Adviento, se enciende una vela de color rosado, que destaca entre las otras velas, que suelen ser moradas. Esta vela simboliza un cambio en el tono espiritual de la temporada: mientras que los dos primeros domingos de Adviento se enfocan en la espera y la penitencia, el tercer domingo invita a la alegría y la esperanza, ya que marca el punto medio del tiempo de Adviento y la cercanía de la Navidad.
La vela rosada, también conocida como la “vela de la alegría”, tiene un significado profundo que se refleja en el nombre de este domingo: “Gaudete”, que significa “regocíjate” en latín. Este nombre proviene del principio de la antífona de la misa de este día, que invita a los fieles a alegrarse porque la venida del Señor está cerca. Así, la luz rosada de la vela simboliza la esperanza y el gozo que se experimentan al saber que la Navidad, el nacimiento de Cristo, está cerca.
En 2024, el tercer domingo de Adviento será el 15 de diciembre. En ese día, las iglesias alrededor del mundo encenderán la vela rosada, recordando a los fieles que, aunque el tiempo de espera aún no ha llegado a su fin, la celebración de la Natividad está cada vez más cerca, y con ella, la alegría del nacimiento del Salvador.
Por lo tanto, la vela rosada del tercer domingo de Adviento no solo es un símbolo de luz, sino también de esperanza y regocijo, invitando a los cristianos a reflexionar sobre la cercanía del misterio de la Navidad. (I)