Intentaron meterse a la fuerza al concierto de Aventura en el Estadio Modelo de Guayaquil | Música | Entretenimiento

La sombra de inseguridad y violencia es nuestra versión del fantasma de la ópera en los conciertos de Guayaquil. Y la noche más seductora de la Perla del Pacífico potencialmente se pudo haber convertido en una catastrófica la noche de este miércoles 18 de noviembre, cuando los bachateros de Aventura se presentaron en el Estadio Modelo Alberto Spencer.

Mientras la agrupación neoyorkina cumplía la última parte de su espectáculo Cerrando Ciclos en la urbe, algunos asistentes creyeron que sería una gran idea abandonar el sitio en ese momento. Para evitar el tumulto (y el tráfico) en la salida al final de la presentación. Craso error.

Alrededor de las 23:00 un grupo de supuestos fanáticos insistía en ingresar al recinto. A la fuerza. Personal de seguridad les llamaba los ‘tumba puertas’, pues golpearon incesantemente los ingresos metálicos, desafiando las barreras en las cerraduras. Algunos de ellos mostraron por rejillas sus boletos (aparentemente no entraron a tiempo), otros simplemente dieron a notar que el nefasto portazo es una especie de norma con final feliz.

“No salgan, si abrimos las puertas los van a empujar, les pueden robar, los pueden atropellar, los pueden matar”, repetía seriamente una agente de seguridad, recomendando esperar hasta la finalización del recital, al parecer lo más seguro. Sin embargo el número de personas que se quería ir aumentaba y, con ello, los nervios.

Finalmente, personal antimotines resolvió la situación, amenazando a los revoltosos con usar agentes químicos (gas lacrimógeno) si el caos asomaba. Un terrible recuerdo de hace dos años, cuando fue “necesario” aplicar gas pimienta en medio del concierto de Karol G, en el coliseo Voltaire Paladines Polo, en el mismo complejo deportivo. Afortunadamente esta vez no pasó, pero igual hubo ración de empujones para quienes se retiraron a eso de las 23:30.

Aventura sedujo a Guayaquil con sus candentes canciones y dinámicas con el público

Lo descrito anteriormente generó un contraste desagradable con lo que sucedió horas antes en la velada, la última vez que Aventura pisa Guayaquil.

El ingreso a la localidad más cercana al escenario fue un inesperado desfile de enterizos ajustadísimos y muy sensuales, blusas translúcidas o de red decoradas con brillos, ceñidos crop tops de todo tipo, pantalones de cuero, shorts y minifaldas metalizados, hasta vestidos de gala, combinados con botas o sandalias de tacones brillantes. Una pasarela protagonizada por varias de las damas que asistieron al espectáculo. Todo para su cita más especial del año y con el mismo hombre: Romeo Santos y su grupo.

El último concierto de la carrera de los músicos neoyorkinos en la ciudad arrancó alrededor de las 21:40 con su inolvidable himno Por un segundo, seguido de otros éxitos de sus primeros años, como Mi niña cambió, La boda, Los infieles. Entonces la noche se volvió seductora, arrebatada y atrevida.

La agrupación integrada por los hermanos y primos Santos, de origen dominicano, elevaron la energía del público con sus dinámicas. Primero Henry y Romeo compitieron por el calor del público que debía gritar a favor de cada uno. A pesar de sus sensuales letras en algunas de sus canciones (como Te invito y Un beso, que no faltaron, por cierto) Romeo imploró por el amor y se refirió a los enamorados en la audiencia.

Luego llamó a la tarima a su más acérrimo fanático, para una especie de juego, “So you think you know Aventura?” (”¿Así que crees que sabes todo de Aventura?”), adivinando las letras de sus canciones. Después de un intento fallido de un asistente, el joven Samir siguió cada tema que Romeo le retó y con esto le llegó la oportunidad de oro: cantar el inconfundible Ella y yo, a dúo con el artista y que el fan disfrutó en cada segundo (con la aprobación de los Santos).

Otras melodías en el repertorio de despedida fueron A veces quiero llorar, Dile al amor, Enséñame a olvidar, Todavía me amas, El malo, El perdedor, Mi corazoncito, Me voy. Y así se despidieron los queridos bachateros Aventura de los escenarios ecuatorianos. (E)

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