La meta de darle un giro al servicio de transportación pública de Guayaquil y que el sistema Metrovía sea digno tuvo obstáculos. Los primeros traspiés, que pusieron en evidencia fallas en la Metrovía, se presentaron en el primer cuatrimestre del 2024 con los incendios de unidades y los desacuerdos en la fijación de la tarifa con los transportistas.
En el primer trimestre, a mes seguido, se quemaron buses de la Metrovía en el sur. En febrero, tras el primer incidente en ese sector de la ciudad y en palabras del propio alcalde Aquiles Alvarez, se calificó al sistema como “un desastre”.
Para marzo, cuando este episodio estaba a punto de superarse, un segundo automotor de la Metrovía se incendió, por lo que el Municipio tomó la decisión de terminar unilateralmente el contrato de la troncal 2 con el consorcio Metroexpress y con ello asumir cambios.
Unidades de la troncal 1 tomaron recorridos del consorcio faltante y los tiempos de espera se alargaron hasta junio cuando se normalizaron parcialmente los recorridos. Eso generó molestias en los usuarios porque debieron ajustar sus rutinas de traslados.
En el primer cuatrimestre empezaron también los debates por el incremento de las tarifas de ambas modalidades de transportación pública.
Por un lado estaba la Metrovía, con un plan sobre la mesa del Concejo Cantonal, para una subvención de $ 0,15 para grupos vulnerables. Con ello, el cabildo colocaría en $ 0,45 el valor del pasaje, pero con un plan de aporte social denominado La Guayaca. Los inscritos al programa seguirían pagando $ 0,30 y el Municipio asumiría el valor diferencial.
Esta propuesta, que tuvo luz verde por parte del cuerpo edilicio, se cristalizó hasta el 29 de noviembre cuando culminó el registro de más de 108.000 usuarios que podrán acceder a los diferentes servicios sociales que ofrece el cabildo porteño.
Quienes no pudieron acceder a este beneficio o no cumplieron los requisitos planteados pagarán la tarifa modificada de $ 0,45 desde el 1 de enero de 2025.
Aunque existió rechazo por parte de cierto grupo de ciudadanos por las trabas para acceder al programa, este se concretó, a diferencia del segmento de transportación urbana que opera en Guayaquil y que continúa en ese debate.
Las diferencias entre el Municipio y el gremio de transportistas se agudizaron desde el segundo semestre e incluso derivaron en plantones y un paro del servicio por cuatro días.
Los transportistas protestaron en agosto por el sistema de recaudación que había propuesto la Alcaldía para el incremento del pasaje. Al igual que la Metrovía también se analizó un alza a $ 0,45, pero atada a varias implementaciones y exigencias, entre esas, la instalación de aire acondicionado e internet inalámbrico (wifi) en las unidades.
A los pocos días, la inconformidad con la propuesta del cabildo escaló y se anunció una primera medida que fue frenada.
Finalmente, el 9 de septiembre se concretó la acción y la ciudad se quedó sin buses urbanos hasta el 12 de septiembre. En ese periodo se evidenciaron problemas dentro de la dirigencia del transporte.
Al finalizar el 2024, la tarifa del servicio de buses urbanos en Guayaquil se mantiene en $ 0,30, pero la discusión continúa sin consenso.
La administración de Alvarez intentó ponerle mejoras al sistema de la Metrovía. En los últimos meses del año se presentaron las nuevas unidades con aire acondicionado y servicio de wifi en las troncales operativas.
Además, después de varios intentos, se firmó el contrato que faculta a que el Consorcio Metrourbano opere la troncal 4. Este nuevo trazado unirá zonas del suburbio con el centro de Guayaquil.
Desde la tercera semana de enero de 2025 está previsto que arriben unidades. Llegarían ocho semanales hasta completar el lote de 48, según las previsiones del Municipio local. (I)
