El presidente de la República, Daniel Noboa, anunció este viernes su compromiso de extender el Metro de Quito hasta la parroquia de Calderón, un ofrecimiento que apunta a mejorar la conectividad y la calidad de vida de los habitantes de esta populosa zona al norte de la capital.

El anuncio se realizó durante un discurso en la parroquia, donde Noboa enfatizó que el tramo final de la ampliación será asumido por el Gobierno central, independientemente de las tensiones que puedan surgir con el Municipio.

“Nosotros nos encargaremos. ¿Por qué? Porque también la conectividad es esencial. Calderón tiene que estar conectado. Mucha gente que vive en Calderón trabaja en la ciudad de Quito, no tiene transporte público adecuado. Esto va a ahorrarle tiempo a la gente, le va a ahorrar dinero y al mismo tiempo van a poder tener una vida más digna”, afirmó Noboa ante los presentes.

Actualmente, el Metro de Quito conecta Quitumbe, en el sur, con el Labrador, en el norte. Sin embargo, la ampliación hasta Calderón ha sido un tema recurrente en las propuestas de campaña y discursos tanto de Noboa como del alcalde de Quito, Pabel Muñoz.

Calderón, como la parroquia más grande del país, se ha convertido en un símbolo de las promesas de los políticos que han expresado discursos últimamente.

El Metro, inaugurado oficialmente el 1 de diciembre de 2023, celebró recientemente su primer año de operaciones.

Durante este tiempo, ha realizado más de 50 millones de viajes, registrando un récord el 21 de noviembre con 203.820 viajes en un solo día.

Este sistema no solo ha mejorado la movilidad en Quito, sino que también ha impulsado un cambio cultural, según Michelle Jiménez, guía educativa del proyecto Cultura Metro, que ha promovido la convivencia y el respeto en las estaciones y vagones.

La construcción del Metro de Quito ha sido una obra emblemática, aunque no exenta de controversias. Desde su concepción en 2012, el proyecto ha enfrentado múltiples retrasos, incrementos presupuestarios y polémicas políticas.

Lo que inicialmente se proyectó con un costo de $ 1.500 millones, superó los $ 2.049 millones en la administración de Santiago Guarderas.

A pesar de las dificultades, la satisfacción de los usuarios ha sido notable, con un índice del 94,6 %, según informes municipales. No obstante, las quejas, aunque mínimas, también reflejan la necesidad de seguir mejorando.

Pabel Muñoz, alcalde de Quito, ha buscado apoyo financiero en organismos nacionales e internacionales para concretar la extensión del Metro hacia Calderón, aunque hasta el momento no se ha materializado ningún acuerdo.

En la sesión solemne por los 490 años de fundación de Quito, el pasado 6 de diciembre, Muñoz reiteró su solicitud al presidente Noboa para que priorice esta obra.

La respuesta de Noboa en aquella sesión solemne y su reciente intervención en Calderón reafirma su intención de apoyar el proyecto. “Por más que el Municipio a veces nos quiere hacer quedar mal, este es un compromiso del Gobierno central. No les vengan a cuentear que lo están haciendo otros”, puntualizó el mandatario, subrayando la necesidad de conectar a Calderón con el resto de la ciudad.

La ampliación del Metro de Quito hasta Calderón podría representar un cambio significativo para sus habitantes, quienes enfrentan actualmente limitaciones en el transporte público. Según Noboa, el proyecto no solo reducirá tiempos y costos de traslado, sino que también contribuirá al desarrollo integral de la parroquia.

Además, el Metro ha demostrado ser un catalizador de mejoras culturales en Quito, con iniciativas que fomentan el respeto y la convivencia.

Este sería un anuncio más que brindó la ilusión a los habitantes del extremo norte de la capital, el mismo que deberán esperar a que se materialice, aunque una obra d edicha envergadura sería a largo plazo. (I)