Derrota invisible

El país ciertamente ha ganado impidiéndole a Correa tener a un alfil en Carondelet por treinta días, pero el Ecuador nuevamente ha sido vencido debido a los caminos por los que se transitaron. Como que nadie se da cuenta de cómo el correísmo ha logrado copar la semántica del discurso público. Correa probablemente debe estar satisfecho de que hoy buena parte de la dirigencia política que dice oponerse a él ha terminado pensando como él, adoptando su lógica y su desdén por la razón. Como será su omnipresencia que hasta se invocaron como sustento de opiniones que aspiran ser serias, lo que en su momento él hizo o no hizo, y lo que la corte constitucional corrupta que tuvo a su disposición supuestamente dijo en una sentencia, y que seguramente se la enviaron ya lista en un pendrive; que es ahora como se dictan la mayoría de las sentencias.

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