Ibarra

El sistema de rastreo satelital (GPS) que tenía el vehículo en el que se movilizaba Martha Morocho Morocho, hallada sin vida en una quebrada en el fronterizo sector de Mataje, en Esmeraldas, frente a Colombia, permitió localizar el auto de color azul en el que realizó la última carrera.

La joven mujer, oriunda de Ibarra, falleció trabajando, pues transportaba a una persona desde esa localidad a San Lorenzo.

Sobre el ocupante que la contrató no se conoce nada, ya que no aparece ni se ha reportado.

Hay la presunción de que la mujer conocía al pasajero, quien sería un militar, como indicaron en un principio los familiares de la víctima.

Al hombre le habría ofrecido sus servicios anteriormente, es por eso que aceptó el viaje.

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Quizás la excesiva confianza y conocer al pasajero hizo que no midiera los riesgos. Sin embargo, por la necesidad de llevar el pan a su casa decidió trasladar al viajero, manifestaron sus familiares.

Su abuelo Luis Morocho contó que cuando fueron a bendecir el vehículo donde la Virgen de El Quinche le dijo a su nieta que debe movilizarse en trayectos largos acompañada, para evitar cualquier riesgo.

En el Priorato, donde vivía la ahora occisa, hay indignación y sed de justicia mientras esperan el cadáver de la joven desde Esmeraldas.

Sin embargo, Luis Marcelo, padre de la víctima, quien está en Esmeraldas, ha manifestado a la familia que el médico legista no alcanzó a realizar la necropsia, protocolo que está previsto para las primeras horas de este domingo 12 de enero, extendiéndose las horas de angustia.

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Los Morocho estiman que entre las 14:00 y 15:00 estaría arribando el féretro a Ibarra, allí se le ofrecerán las honras fúnebres y se le dará sepultura.

Martha Morocho antes trabajaba manejando un taxi, pero hace meses decidió emprender adquiriendo un vehículo propio en el que laboraba en la operadora Miravalle.

“Se caracterizaba por ser respetuosa, saludadora, buena hermana y trabajadora, venimos de un hogar donde nos criaron con buenos modales”, dijo su hermano, quien entre sollozos espera impaciente el arribo del féretro para darle cristiana sepultura.

Era auxiliar de enfermería, pero jamás ejerció la profesión. Lorena Pinango, una de sus compañeras, con nostalgia recordó que estudiaron belleza en el Centro de Formación Artesanal Montlleo, en Ibarra.

“Nos graduamos en el 2017, a ella más le gustaba la conducción por eso optó por el taxismo”, citó.

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Ambas se conocieron hace catorce años en el colegio Víctor Emilio Peñaherrera de Ibarra, mantenían una excelente amistad, la recuerda como una chica muy activa, amigable, sociable y trabajadora.

El pasado martes la esperaba en su casa para que Martha lleve a sus niños al plantel educativo, ella era la encargada de los recorridos.

Sin embargo, no llegó, algo que le preocupó a Lore -como la conocen sus familiares y amigos-, en ese momento se enteró de la situación, surgiendo un mal presentimiento, más aún cuando conoció que el viaje se realizaba entre la tarde y la noche y su amiga retornaría inmediatamente.

Hasta el momento se desconoce qué sucedió, si fueron asaltados la conductora y el pasajero, si intentaron robarles el automotor o quizás secuestrarlos.

Se manejan varias hipótesis que deberán ser aclaradas por los investigadores del caso.

Se desconoce el paradero del acompañante que contrató sus servicios, todavía no se ha reportado y no se conoce si también fue víctima de una acción similar.

Tras la muerte violenta, Martha habría sido lanzada a una quebrada, el cuerpo sin vida presenta signos de violencia, indicó su padre.

La ahora occisa era madre de Fabricio, un menor de 2 años. Tenía 26 años y nueve meses, soltera, medía 1,50 metros, según el informe de la denuncia de la Fiscalía.

“No tenía enemigos ni se conocía de algún tipo de amenaza contra ella”, enfatizaron sus parientes. (I)