La Federación Deportiva Nacional del Ecuador (FDNE), Barcelona SC y Emelec celebran su centenario | Columnistas | Deportes

Este 2025 es muy importante en la historia de nuestro deporte por la celebración del centenario de tres entidades nacidas en Guayaquil y tiene mayor relieve que la proximidad del campeonato nacional de fútbol –de tan pobres espectáculos– y las cicateras contrataciones de los dos equipos guayaquileños que sobreviven en ese torneo. Nos extraña el aspaviento de ciertos fichajes, por ejemplo el de Felipe Caicedo, un exjugador, que un medio estruendoso y ligado a alguna sociedad anónima encubierta o a ciertos negociantes ha llamado “el retorno de un ídolo de Barcelona”. ¿Desde cuándo si nunca vistió la divisa oro y grana; si jamás jugó en la primera categoría del fútbol nacional? Que nos digan los patrocinadores de alharacas tarifadas cuándo nació esa idolatría. Además afirma que Caicedo es tan “patriota” que lo primero que preguntó es cómo estaban las cosas en el país. Esto es lo que hacen en las redes sociales los expertos en tráfico de imagen en el revuelto y lodoso mundo del fútbol.

Los cumpleaños son sin lugar a dudas una de las fechas más importantes para las personas o las instituciones, ya que además de recordar el día de su nacimiento también es una oportunidad para realizar una retrospectiva acerca de lo que se ha vivido y proyectar planes, proyectos o propósitos que se espera cumplir en este ciclo llamado vida.

Desde el punto de vista astrológico se dice que en esta fecha los astros se vuelven a colocar en una posición tal como el día en el que una persona nace, por ello se le relaciona con un “renacer a la vida” o como “un nuevo amanecer”. Mucho más si se ha logrado llegar al centenario, lo que debiera provocar un renacer espiritual. Desde este punto de vista, el cumpleaños tiene una connotación metafórica: dar una vuelta más en una espiral ascendente.

¿Podemos aplicar estas reflexiones al centenario de la Federación Deportiva Nacional del Ecuador, del Club Sport Emelec y de Barcelona Sporting Club que son esencia del espíritu guayaquileño? Sinceramente, no; las tres instituciones viven épocas sombrías. Es lamentable decirlo, aunque alguien se sienta lastimado. Vamos a contar realidades, no relatos fantasiosos.

Barcelona se fundó el 28 de abril de 1925 y así lo declaró Víctor Manuel Olvera, secretario del primer directorio, en un documento que fue notarizado en presencia del presidente vitalicio, Victoriano Arteaga Martinetti. ¿Por qué se menciona siempre el 1 de mayo como fecha fundacional? Ese día inauguraba su casa en el barrio del Astillero el caballero catalán Eutimio Pérez Arumí, cuñado del presidente electo de Barcelona, Carlos García Ríos. Este pidió a Pérez aprovechar esa festividad para posesionar a la directiva y fue esta la que resolvió que en el futuro se celebre el 1 de mayo como aniversario del club, no su fundación.

Barcelona nació por el entusiasmo de los jóvenes del Astillero reunidos la noche del 28 de abril en la esquina noroeste de Eloy Alfaro y Francisco de Marcos, en el portal de la llamada Escuela Modelo, que fue construida por la Misión Alemana para la Educación. Otra información errónea que suele oírse es que el club fue fundado por catalanes y es un error: sus actores fueron guayaquileños, apoyados siempre por comerciantes e industriales catalanes como Eutimio Pérez, Onofre Castell, Valentín Sala y otros.

Ese Barcelona, “plebeyo del fútbol” como dijo alguna vez el poeta Fernando Artieda Miranda, se convirtió en el ídolo del balompié guayaquileño a partir de 1947 y creció tanto su popularidad que el país entero se llenó de camisetas amarillas. Tuvo grandes dirigentes identificados con la divisa desde su juventud, hasta que empezó a llegar una plaga que privilegiaba la publicidad y los negocios antes que el amor a los colores. El siglo XXI ha sido fatal –salvo pocas excepciones– y hoy, el club que estremecía las fibras íntimas de la afición ecuatoriana, suma deudas y fracasos sin que a nadie le importe –socios incluidos– el señalar a los culpables del derroche y la debacle. Sus nuevos dirigentes se empeñarán en que este aniversario sea grato para los seguidores y resuciten las viejas glorias, un trabajo muy complicado.

Quienes siguen a Emelec se niegan a reconocer un hecho histórico: la entidad nació en junio de 1925 como equipo de fútbol. Tanto que fue campeón del torneo de la Unión Deportiva Comercial de ese año y existe la foto del equipo que creó, entre empleados y trabajadores, Alejandro Ponce Elizalde, funcionario de la Empresa Eléctrica, y lo condujo, como estratega y jugador, Enrique Villacís Páez. A George Capwell le corresponde el mérito de haber convertido después ese pequeño equipo en un club poderoso, el de mejor organización, con recursos suficientes para practicar todos los deportes conocidos. El aceptar que Emelec nació hace un siglo no disminuye el ejemplo gigantesco de George Lewis Capwell. Bajo el mandato de Luis Enrique Baquerizo Valenzuela, Emelec pasó a ser un famoso elenco futbolero que se hizo del título porteño en 1946 y 1948 y fue el primero en representar al fútbol ecuatoriano en un torneo internacional oficial: el Campeonato de Clubes Campeones de 1948 en Chile, antecedente de la Copa Libertadores de América. Hoy navega en aguas turbulentas, pero confiamos en que quienes asuman el timón el 27 de febrero encuentren mar en calma y el orgulloso Emelec vuelva a sus días de gloria.

Manuel Seminario habla en la fundación de la Federación Deportiva Nacional del Ecuador Foto: Foto archivo de Ricardo Vasconcellos R

La Federación Deportiva Nacional del Ecuador (FDNE) nació el 25 de mayo de 1925, día en que se clausuró el I Congreso Deportivo Nacional, como uno de los grandes logros del más grande dirigente deportivo de la historia: Manuel Seminario Sáenz de Tejada. Antes había fundado la Federación Deportiva Guayaquil (luego, del Guayas) y con su ayuda nacieron entidades similares en Tungurahua, Pichincha, Los Ríos, Chimborazo y Azuay. Gracias a sus contactos internacionales logró que la Federación Deportiva del Guayas se afilie a la FIFA y a la Federación Internacional de Tenis. Fue el gestor supremo de la participación de tres atletas ecuatorianos en los Juegos Olímpicos de 1924 en París y cuando se fundó la FDNE, por acto generoso suyo, Fedeguayas cedió las afiliaciones internacionales.

La FDNE fue afiliada luego a todas las federaciones deportivas del mundo y a las regionales sudamericanas y ejerció durante 40 años el poder deportivo en el Ecuador. Desde la Ley del Deporte de 1978 su papel es mínimo, y pésimas administraciones en la etapa de la Revolución Ciudadana trajeron no solo desprestigio sino negligencia: se botó a la basura el archivo que formó con tanto trabajo, desde 1946, el Lcdo. Gerardo Guevara Wolf.

Hoy es un misterio de qué manera celebrará su centenario. Ojalá no sea con un banquete y abundante champán como ocurrió con el centenario de la Federación Deportiva del Guayas, en que nadie se acordó de Manuel Seminario Sáenz de Tejada, su fundador, declarado en el Congreso Deportivo Nacional de 1949 Prócer del Deporte Ecuatoriano. Cuando fui a buscar las actas de ese congreso, donde estaba el archivo solo había polvo y un montón de papeles tirados en el piso. (O)

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