Vuelen, vuelen…

Érase un sol radiante y estás feliz de haber dado a luz un bebé o cuatrillizos; cuando de manera inesperada te caen palos, piedras, lanzas etc., de inmediato te elevas y vuelas a salvar a tu prole. Miras en la tierra a tus tiernos bebés que se los llevan manos de humanos desalmados. Esta vil acción frecuentemente lo hacen con las aves para comercializarlas, también cuando talan los árboles o provocan incendios.

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