Irán lanzó el martes un ataque de misiles contra Israel, tras semanas de bombardeos del Ejército israelí en el Líbano y casi un año de guerra en Gaza. La Guardia Revolucionaría iraní aseguró que lanzó los ataques como represalia por los asesinatos del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en julio en Teherán; el jefe de Hezbolá, Hasán Nasrala, y un general iraní.
Este miércoles, las autoridades iraníes aseguraron que considerarán como “enemigo” a cualquier país del Medio Oriente que ceda su espacio aéreo a Israel para una posible represalia tras el ataque con misiles de anoche y pidió a Estados Unidos que no interfiera.
“Cualquiera que preste su espacio a nuestros enemigos será considerado como nuestro enemigo”, dijo el ministro iraní de Exteriores, Abás Araqchí, en declaraciones a periodistas antes de la reunión del Gabinete habitual de cada miércoles.
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Además, informó de que anoche mandó mensajes a varios países pidiendo que no interfieran en el choque con Israel, entre ellos uno a Estados Unidos a través de la embajada de suiza en Teherán.
La embajada suiza en la capital representa los intereses estadounidenses en suelo iraní e Irán suele enviar mensajes a Estados Unidos a través de ella.
Araqchí reiteró que la República Islámica de Irán no busca aumentar la tensión y la guerra, pero aseguró que no teme un posible conflicto con el Estado judío si decide tomar represalias por el ataque de anoche con 200 misiles balísticos.
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“Nuestra respuesta será más severa”, aseguró, a la vez que subrayó la “moderación” iraní.
“La República Islámica de Irán sólo utilizó su derecho a la legítima defensa basado en el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas y apuntó exclusivamente a bases militares y de seguridad del régimen sionista”, insistió el ministro. (I)