El Comité Internacional por la libertad de Jorge Glas anunció este viernes, 4 de octubre, que solicitan a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ampliar las medidas cautelares vigentes que tiene el exvicepresidente “otorgándole medidas no privativas de la libertad, reconociendo su status de asilado diplomático, sin esperar a que se haga la visita que el Ecuador le supendió.
Según el Comité, tienen información de que una supuesta visita de la CIDH, originalmente prevista para finales de septiembre, se supsendió debido a que funcionarios del Estado ecuatoriano estarían atendiendo compromisos en Nueva York.
“Dada la naturaleza de la situación que enfrentamos, es preocupante que esta visita haya sido pospuesta, considerando que las medidas cautelares están diseñadas precisamente para responder a situaciones de extrema urgencia y prevenir daños irreparables. Cuando la vida de una persona está en juego, es esencial que estos compromisos se mantengan como una prioridad”, subrayan.
Sobre la amplicación de las medidas cautelares a Glas recuerdan que estas se otorgaron en el 2019 y se dispuso proteger la vida y la integridad del exvicepresidente.
“En diciembre de 2019, la CIDH emitió la Resolución 69/2019 (Medida Cautelar No. 1581-18), que solicitaba al Estado ecuatoriano la adopción de medidas urgentes para proteger la vida e integridad de Glas, garantizando condiciones de detención adecuadas y acceso a atención médica especializada. Sin embargo, estas medidas no han sido implementadas de manera efectiva, y Jorge Glas sigue enfrentando condiciones que ponen en grave riesgo su vida y su salud”, refiere el organismo.
El pedido lo avalan varios líderes políticos como el expresidente colombiano Ernesto Samper, el expresidente argentino Alberto Fernández, el expresidente boliviano Evo Morales y el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, entre otros más. El Comité es liderado por el exembajador boliviano Sacha Llorenti.
En la misiva que difundió el Comité se señala que “la defensa de Jorge Glas ha agotado todas las vías judiciales ordinarias en Ecuador sin obtener justicia” y que las decisiones adoptadas por los tribunales ecuatorianos estarían “claramente motivadas por intereses políticos y han calificado como “legal” y “legítimo” el secuestro de Glas”.
Subrayan que Glas padece múltiples enfermedades crónicas, entre ellas espondilitis anquilosante, hipertensión arterial, fibromialgia y gastritis crónica, además de graves trastornos mentales.
Recordaron que, a los pocos días de su detención, intentó suicidarse y luego inició una huelga de hambre prolongada como forma de protesta.
“Su estado de salud se ha deteriorado drásticamente, pasando de tomar tres medicamentos diarios en 2017 a más de cuarenta en 2024″, aseguran.
El Comité menciona que “las violaciones continuas a los derechos humanos han provocado un cuadro depresivo profundo en Jorge Glas. Diagnósticos como “Transformación persistente de la personalidad tras experiencia catastrófica” y “Episodio depresivo grave con síntomas psicóticos” reflejan un estado mental extremadamente frágil, con alto riesgo de intentos de suicidio”.
Además que “la tortura y los tratos crueles a los que Jorge Glas ha sido sistemáticamente sometido también son evidentes en las declaraciones públicas recurrentes del presidente Daniel Noboa, quien utiliza a Glas como un trofeo político, ridiculizando su situación y aumentando el sufrimiento psicológico al que está expuesto”, consta en el comunicado.
Este 5 de octubre se cumplen seis meses desde que el ex segundo mandatario fue capturado en el interior de la Embajada de México en Quito por miembros de las fuerzas de seguridad de Ecuador por un supuesto riesgo de fuga. Glas permanecía en calidad dentro de la sede diplomática desde el 17 de diciembre de 2023. Está recluido en la cárcel de máxima seguridad La Roca, en Guayaquil desde el pasado 6 de octubre. (I)