Para contar a quienes lleguen a competir en la segunda vuelta electoral sobran los dedos de la mano. Es posible que tengamos que escoger entre los mismos finalistas del año pasado: el presidente Daniel Noboa, quien aspira a ser reelegido, y la candidata correísta, que cuenta con el voto duro de esa agrupación. Al elector más le interesa cómo sobrevivir y parar la olla que el nombre de quien gobierne en los próximos años. Su horizonte puede ser limitado. Sabe que alguien será gobernante y que vendrán otros nombres, pero que la burocracia seguirá siendo la misma, que tendrá que esperar alguna atención cuando se enferme y que su vida se repetirá entre la lucha del trabajo, cuando lo tiene, y alguna que otra diversión.
Democracia en crisis
Ecuador, ¿país creíble?
Se presentan candidatos que ya compitieron en el pasado y son como los dominguillos, muñecos necios, pero su ambición los obnubila, y también anhelan tener su cuarto de hora de popularidad y presentarse en los debates por televisión. De allí no pasan y regresan al anonimato. Fue un error obligar a que el Estado asigne fondos para las campañas electorales, a fuer de impedir que gente indeseable las financie. Esa carga debe ser abolida. Que cada cual pague sus caprichos. A fin de cuentas, estas elecciones nos dirán:
-Si el presidente Noboa y su grupo íntimo no cometen errores graves, que los apagones no le quiten popularidad, que no fracase en su lucha contra los delincuentes y extorsionadores. La fuerza pública le es leal y ayuda a una cierta sensación de seguridad.
-Si a los correístas les ha afectado el veto para ingresar a los Estados Unidos de su dueño y líder. Debería porque es una decisión que lleva implícita la certeza de que han cometido delitos contra la Administración pública. Sus afectos dirán que “no importa que haya robado porque hizo obras”, porque es su lógica fatal.
– Veremos si Jaime Nebot sigue siendo incombustible y si los años no le han mermado simpatía popular. La entrega a los correístas de la presidencia de la Asamblea para que el señor Kronfle sea candidato presidencial es cambiar certeza por duda. A él le costará mucho desplazar a uno de los dos candidatos antes mencionados y tendrá mucho que justificar al país si la actual presidenta de la Asamblea usa el cargo para beneficiar los propósitos de su partido y no actúa con sensatez y patriotismo.
-En estas elecciones veremos también la fuerza real del señor Iza y la Conaie, porque siempre usan la muletilla de hablar y hacer en nombre del pueblo. ¿Cuántos respaldan la destrucción de Quito, el cierre de carreteras y la violencia como medio de tomar el poder? Es la vieja tesis marxista de la Dictadura del proletariado para quitar a sus propietarios los medios e instrumentos de producción y entregarlas a la administración del Estado todopoderoso surgido de la lucha de clases. Es la fracasada ideología aplicada en Cuba, Nicaragua, Venezuela y en la antigua URSS. ¿Eso queremos para nosotros?
No siempre el pueblo decide lo mejor. Si lo hiciera, no hubiéramos tenido en Carondelet personajes que fueron indignos de lucir la banda presidencial por su falta de probidad, que nunca demostraron porque no la tenían. (O)