En medio del actual contexto de protestas por los resultados de las elecciones presidenciales, los ciudadanos venezolanos radicados en Guayaquil se mantienen con una disyuntiva en torno a su futuro.
Hay incertidumbre y ansiedad por conocer el desenlace de la declaratoria como ganador de Nicolás Maduro por parte del Consejo Nacional Electoral de ese país y los señalamientos de irregularidades por parte de la oposición.
Incluso, algunos Gobiernos del mundo, incluyendo Ecuador, han emitido comunicados para avalar los resultados publicados por la oposición venezolana, que dan como ganador de la elección a Edmundo González Urrutia.
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Esto se opone a lo divulgado por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, que coloca Nicolás Maduro en el primer lugar con el 51,95 % de los votos, frente al 43,18 % de apoyos obtenidos por el candidato de la oposición mayoritaria, con el 96,87 % de las actas escrutadas.
Ante ello, grupos de venezolanos han salido a las calles a realizar protestas por pedir la revisión de los resultados y publicación de las actas que respalden las votaciones. Estas protestas se han replicado en varias ciudades, incluyendo Guayaquil, donde habita un buen número de ciudadanos de ese país.
En el Centro Cívico, el sábado anterior, unos mil venezolanos realizaron una protesta pacífica que incluyó oraciones y cánticos por tener un proceso transparente de elecciones, cambio de mando a nivel político para tener mejoras en su país, en el índole de libertades, economía y ámbito social.
Uno de esos venezolanos radicados en Guayaquil es Jesús Salazar, quien vendió sus propiedades en el estado de Monagua para moverse a Ecuador. Desde hace seis años vive en el país, con su esposa y tres hijos.
Con las recientes elecciones, que calificó como un “robo” y “desastre”, este hombre dijo que tenía esperanzas de un cambio de partido político, distinto al de Maduro; sin embargo, ese deseo está en pausa.
Este ciudadano, que se gana la vida con la venta de empanadas, lamentó que no pudo ejercer su derecho al voto en Guayaquil debido al cierre del consulado en meses anteriores por la crisis diplomática entre su país y Ecuador.
“Necesitamos que Venezuela quede libre. Es nuestra esperanza, que haya una cambio total para todo”, dijo este ciudadano.
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Él consideró que se debe hacer un recuento de votos o repetir elecciones con observadores internacionales independientes. En su afán está la idea de retorno al país, una vez que cambie el partido político actual que lo gobierna.
“Todavía la esperanza no se nos ha agotado. Es el deseo no mío nada más, sino de todos los venezolanos que están en otros países. Ahora se nos pone todo chiquito con esto, que sabemos que hay una dictadura”, dijo.
En su periodo en Ecuador, él ha tenido que pasar circunstancias complejas, como no poder moverse del país para despedir a una prima que murió en Chile y a una hermana de su esposa también fallecida en un siniestro vial en Venezuela.
“Nos han apoyado bastante bien. Buscamos la manera de vender algo para sustento diario”, dijo sobre su paso en Ecuador.
Luis Jiménez, otro venezolano con siete años en Ecuador y que dirige una fundación de ayuda humanitaria en el país, indicó que, de mantenerse Maduro en el poder, habría una nueva ola migratoria desde su país a distintas naciones de la región, incluyendo a Estados Unidos.
Actualmente, este ciudadano, que habita con hermanos, cuñadas y un tío, dijo que hay un ambiente de inquietud entre familiares que habitan en su país, por lo que esperan un desenlace de las protestas y reclamos expuestos en su país y otras naciones.
“Queremos que organizaciones internacionales y países del mundo se pronuncien a favor de nosotros y que podamos hacer un cambio en nuestra tierra. La inmensa mayoría de venezolanos queremos regresar, por eso estamos luchando”, expresó.
En caso de cambio de Gobierno, él indicó que volvería a su país una vez que deje ordenadas las actividades laborales que tiene aquí.
Similar decisión —estimó— a la que tomarían sus allegados radicados en la urbe. “Con todo gusto. Es mi tierra, mi país. Estoy agradecido con Ecuador, pero la tierra llama. Esperaría unos meses. Ya basta de que los venezolanos tengamos que salir de nuestro país”, dijo el comunicador social, que en su país era productor en un medio televisivo.
Carolina Hevia de Brandts, otra migrante procedente del estado de Aragua que vive en Ecuador desde hace siete años, coincidió con sus pares venezolanos sobre su deseo de trabajar por el futuro de su país.
Ella reveló que en estos días siente ansiedad por lo que observa que sucede en su país y lo que le cuentan sus allegados. “Nos han arrebatado tanto que nos queda a nosotros volver y construirlo…”, dijo.
Ella agregó que por ahora sigue ayudando con el envío de remesas a varios familiares, entre tíos, hermanas y sobrinas. El dinero que les envía les sirve para distintas actividades, desde alimentación hasta la gasolina para movilizarse.
“Tenemos familias allá que están luchando. Nosotros de alguna manera afuera sostenemos económicamente remesas para que puedan alimentarse, y lo básico, medicinas. Eso es lo que hacemos los venezolanos en el extranjero”, dijo.
En caso de seguir Maduro, ella y los otros venezolanos consultados dijeron que varios de sus familiares aspirarían a poder salir del país. “Si se perpetúa, hay que salir”, dijo Hevia.
Según datos de la Plataforma Regional Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), cerca de 445.000 venezolanos en condición de emigrantes y refugiados habitan en Ecuador.
En esta plataforma se estima que alrededor de 7,7 millones de personas salieron de Venezuela en los últimos siete años; de esa cifra, alrededor de 6,6 millones se distribuyen en 17 países de la región. (I)