En estos momentos aciagos en que las tinieblas nos acechan, tornándose en nuestras asiduas y casi permanentes compañeras, nos hace mucha falta concienciarnos y cuidar la poca energía que nos queda. Por desgracia esto no ocurre con frecuencia. Pues hay gente desconsiderada e insensible que poco o nada le importa esta situación y se envanece y presume de prender las luces de su casa, oficina, consultorio y negocio más aún si nos referimos a los centros comerciales, donde parece que se tratara de una competencia de cuantas luminarias se prenden en cada uno y no solo durante las noches sino que, en algunos casos, estas luces permanecen prendidas durante las 24 horas del día. Esto realmente es una tremenda desconsideración y falta de empatía, habida cuenta de que, con plantas y generadores o no, el daño resulta ser casi igual.
Se acercan importantes festividades como las fiestas de Quito, Navidad, Año Nuevo y, obviamente, es de vital importancia el ahorro de energía. Es necesario que, por esta vez, suspendamos las luces de los arbolitos, nacimientos y más adornos festivos, hagamos conciencia. (O)
Fabiola Carrera Alemán, Quito