En medio de los agobiantes problemas que vive el país, resulta indispensable que exista conciencia colectiva para actuar de manera responsable y no caer en el juego de los políticos que pretenden sacar partido y aprovechar el momento para lograr votos para las próximas elecciones presidenciales y legislativas.
Políticos y candidatos hacen lo más fácil y demagógico: criticar todo desde la cómoda posición de la oposición y no proponen soluciones concretas a los problemas actuales ni responden a los cómo arreglarían las cosas si llegaran al poder. Demagogia pura y dura.
Conciencia colectiva para establecer a los verdaderos responsables que fueron permisivos y abrieron espacios a los grupos delincuenciales organizados, el narcotráfico y su vinculación a la narco política y hoy buscan impunidad. Llevaron al país a esta crisis por la inseguridad ciudadana en medio del conflicto armado interno que se vive, la falta de empleo, la aguda crisis económica y social que golpea a los hogares.
A estos problemas se han sumado los apagones, que han hecho crisis luego de la irresponsabilidad que han tenido todos los gobiernos durante las últimas dos décadas, al menos, pero hay que establecer las reales responsabilidades porque no es lo mismo gobernar un año, dos años y medio, cuatro años, que diez años como tuviera oportunidad la revolución ciudadana y no pudieron sentar las bases para establecer una matriz energética equilibrada, abrir posibilidades a la inversión privada que genere complementariamente electricidad, actualizar y adecuar las leyes a las demandas, por cuyas políticas y negligencias sufren hoy los ecuatorianos.
Al contrario, en el 2008 el gobierno de la revolución ciudadana patrocinó el mandato constituyente 15, que fue nefasto y en lugar de avanzar se fue para atrás. El país contaba con un mercado mayorista y coexistían generadoras públicas y privadas. Con ese mandato se dispuso que se fije una tarifa única por tipo de consumo y que el Ministerio de Finanzas cubra mensualmente las diferencias entre los costos de generación, distribución, transmisión y la tarifa única fijada para el consumidor y que recursos que se requieran para cubrir las inversiones en generación, transmisión y distribución serán cubiertos por el ineficiente papá Estado.
Conciencia colectiva porque anarquistas, disfrazados de activistas políticos, sociales e indígenas, pretenden de nuevo sembrar el caos y la desestabilización institucional, como ya destruyeran en octubre del 2019 y junio del 2022, tratando de aprovechar el momento en medio del desarrollo del proceso electoral.
Conciencia colectiva con los sicópatas que provocaran incendios en diversos lugares del país y que causaran serios daños a la Naturaleza, en medio de un Estado impotente e instituciones y la justicia ineficientes para identificar y sancionar a los responsables.
Conciencia colectiva para ejercer un voto libre pero responsable en las próximas elecciones presidenciales y legislativas, pero con memoria para recordar los que han causado tanto daño, que polarizaron a la familia ecuatoriana, que buscan el poder para lograr impunidad y con sed de venganza para destruir y no construir un mejor país. Razonen y abran los ojos. (O)