MIRA
Mira, es una pequeña ciudad ubicada en el suroccidente de Carchi, en el límite con Imbabura. Al ser una de las ciudades que no sufrió apagones por la presencia de una hidroeléctrica en la zona, la jurisdicción se iluminó desde el pasado 13 de diciembre con la llegada de las festividades de este mes.
Uno de los principales atractivos es el gran árbol que decora el parque Juan Montalvo y que atrae incluso a turistas de Ecuador y Colombia.
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El arbusto de Araucaria de más de 30 metros de altura está decorado con 150 focos, 16.200 luces led y más de 300 metros de cable. En sus alrededores se han colocado varios elementos alusivos a esta fecha especial.
El colectivo “Los Panas del Árbol”, que se creó hace más de dos décadas con varios jóvenes, es el encargado de realizar las instalaciones y ambientaciones para brindar un espacio colorido en diciembre e inicios de enero.
Una semana les lleva planificar y ejecutar los trabajos de colocación de equipos, luces y decoraciones led. Varios profesionales eléctricos de este grupo garantizan la operatividad de las luces.
Klever Carrera, directivo del Centro Cultural “El Mentidero” de Mira, señala que “Los Panas del Árbol” previamente reciben donativos para la adquisición de materiales, que una vez colocados brindan a la ciudad un decorado multicolor.
En el espacio habilitado se concentran y reencuentran durante las noches sus habitantes, residentes de otras ciudades y turistas.
Ronny Cazares, miembro del colectivo, señala que siempre cambian los gigantes motivos navideños aéreos, que están en la parte superior de la principal arteria de esta urbe, volviendo mágico a este lugar, donde se han tejido una serie de leyendas como la de “Las Voladoras”.
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Esta pieza destaca que mujeres de este pueblo se caracterizaban, principalmente, por llevar y traer noticias y presagios desde cualquier lugar del mundo de forma inmediata y por utilizar hechizos para ocultar romances prohibidos.
Ramiro Cabrera, antropólogo y funcionario de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, núcleo del Carchi, sostiene que en esta leyenda se observa un fenómeno como el de saberes antiguos y tradicionales.
“Las Voladoras”, según narran, tenían cabelleras largas, lucían batas largas y, para volar, se colocaban en las axilas ungüentos especiales.
Estas fábulas se cuentan durante los recorridos que realizan los mireños a este espacio, donde también se ofrece una copa de la bebida típica de este lugar, el Tardón Mireño, elaborado con zumo de naranja y aguardiente de caña de azúcar.
Mira desde hace 10 años se ha convertido en uno de los cantones más visitados de la zona norte, especialmente, por los atractivos naturales turísticos, ríos y cascadas. Varios complejos de piscinas modernas y de hospedaje son el destino de viajeros colombianos y del norte y centro del país en diciembre. (I)
